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HATHA BÁSICO

Estilo más activo y dinámico con secuencias diversas donde se enlazan unas posturas con otras a través del ritmo de la respiración.

Generalmente encontramos una primera parte de calentamiento suave del cuerpo y las articulaciones, que sigue con una parte más activa y exigente con saludos al sol y posturas de pie, equilibrio, flexiones, extensiones y posturas invertidas, para encaminarnos a una parte final de relajación. En ocasiones, las sesiones se enfocan al trabajar una temática en concreto, como por ejemplo, la columna vertebral, la respiración o algún tema de cariz más filosófico. Hatha yoga fortalece y tonifica el cuerpo, el sistema inmunitario y el metabolismo. La práctica constante mejora la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio. También nos ayuda a calmar y relajar la mente y, por consiguiente, a reducir el estrés.

YIN YOGA

Yin yoga proviene de la medicina tradicional china, es de carácter más pausado y meditativo.

 

En esta práctica, lenta, donde permanecemos en quietud varios minutos dentro de cada postura, queremos relajar plenamente la musculatura, para incidir en las articulaciones, fascias, tejido conectivo y órganos internos, trabajando el cuerpo y la energía de una forma más sutil . Por eso sostenemos las posturas un tiempo prolongado y exploramos lentamente nuestros límites, dejando que los tejidos se alarguen paulatinamente.

 

Los beneficios son múltiples, tanto físicos por las articulaciones y los órganos, como mentales y emocionales, porque bajamos las revoluciones diarias y creamos un espacio de observación y tranquilidad, así como energéticos, porque elimina bloqueos y mejora el flujo de energía.

SIVANANDA

Estilo holístico que se basa en el hatha yoga clásico, compuesto por 5 principios básicos (āsanas, pranayama, dieta, relajación y pensamiento positivo) para obtener salud física, mental y espiritual.

 

La clase se estructura en una secuencia fija que comienza con una pequeña relajación inicial, continúa con la práctica de 2 pranayamas (técnicas de respiración), seguidos del calentamiento físico a través de los saludos al sol, para entrar a practicar 12 posturas básicas y terminar con una relajación final.

Al ser una secuencia fija ya la vez muy completa, en la que trabajas tanto posturas invertidas, como flexiones, extensiones, torsiones y equilibrio, invita a un estado más meditativo y te permite constatar tu propio progreso en la práctica. A su vez, los ejercicios de respiración iniciales ayudan a despertar la energía y equilibrarla, para entrar en las posturas con un cuerpo preparado, y terminar la práctica con una sensación de plenitud y ligereza. Además, los movimientos tienen también un profundo beneficio espiritual: nos ayudan a superar los miedos, desarrollar la confianza y encontrar la paz interior.

DESPERTAR EL CUERPO

En esta sesión nos centramos en activar el cuerpo con movimientos fluidos y tranquilos.

Con un nivel básico de posturas y conjuntamente con la atención plena a la respiración, nos dedicamos a sentir detalladamente las sensaciones y tensiones físicas, mentales y emocionales que tenemos, para ir suavizándolas a través del movimiento dulce y ligero .

La idea de la práctica es que sea amable y cuidadosa con el cuerpo, donde reina un lento trabajo que permita adquirir conciencia y relajamiento a través de la escucha corporal.

Esta clase es ideal cuando quieres moverte a través de secuencias sencillas, sin forzar, y soltar rigidez.

YIN YANG

Esta práctica combina una parte más pasiva con una parte algo más dinámica. La sesión comienza con algunas posturas de carácter más lento, más centradas en el yin yoga, para atender a las articulaciones e ir liberando tensiones y bloqueos fasciales y musculares. Y enlazamos con una parte más yang, a través del movimiento libre o el hatha yoga, con algún saludo al sol y posturas tanto de pie como en tierra, que activan la musculatura y aportan más movimiento, dinamismo y fuerza. Siempre terminamos una relajación final para integrar toda la sesión y adquirir todos sus beneficios. La conjunción del yin y yang en la práctica nos sirve para encontrar el equilibrio entre las polaridades y poder incluir la experiencia en nuestro día a día.

MEDITACIÓN

La meditación que practicamos es en silencio y proponemos como método de concentración la atención en la respiración, o la repetición de un mantra o única palabra. Empezamos buscando una postura sentada que nos sea cómoda, que nos permita mantener la columna larga y obtener sensación de altura, espacio en el tronco. Si es necesario, podemos sentarnos en una silla. Cerramos los ojos y dejamos que la respiración se exprese por sí sola. Llevamos la atención a la inhalación ya la exhalación. Observamos el movimiento en el cuerpo, nos centramos en la entrada de las fosas nasales. Procuramos concentrarnos en todo el ciclo respiratorio. Si lo necesitamos, podemos atar cada inhalación y exhalación con la repetición de una única palabra. La meditación tiene una duración aproximada de 30 minutos. Los primeros minutos se dedican a guiar los pasos básicos para concentrar la mente.

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